www
 
 
 
 
 
 
 
 
     
 
EL PERDÓN
 
por Rita
Ha sido dicho: “Es más fácil a un camello de pasar por el orificio de una aguja, que a un pecador de pasar por la puerta del paraíso”. Es justamente el estorbo de ese peso que se lo impide. Nuestra tarea en la tierra es de aceptar de cumplir la voluntad de Dios.
Una pequeña paréntesis muy importante: la purificación, quiere decir abrir la puerta del conocimiento interior, del conocimiento espiritual. Todos tenemos uno o más enemigos en nuestro entorno, alguien que nos causa mucho dolor; así sea una suegra, una cuñada, un esposo, un hermano o una hermana, un padre, una madre, un colega de trabajo, o un novio. Ellos están en nuestro camino, por la voluntad divina, para ayudarnos a pagar nuestras deudas karmicas. No nos olvidemos que siempre recogemos lo que hemos sembrado, aunque también para aprender la maestría de nosotros mismos. Hoy, hagamos nuestra mea culpa, sepamos que a nuestra muerte nos juzgaremos nosotros mismos, entonces ¿porqué esperar ese momento?, empecemos desde ahora mismo. Voy a ayudarlos, hagamos nuevamente tres respiraciones profundas y cantemos el AUM.
Sean sinceros con vosotros mismos. Me voy a dirigir a ustedes, a cada uno de ustedes individualmente:
Imagina que estás entre dos velas prendidas. Visualiza tu alma en frente de ti, como si te miraras en un espejo, pídele perdón por tus extravíos. Visualiza tu enemigo mentalmente y dile:” Entrastes en mi vida por la voluntad de Dios para hacerme recoger lo que he sembrado en alguna vida anterior o en mi vida presente. He pensado negativamente hacia ti, mientras que hubiese tenido que tratarte con respecto y amor. Te pido perdón de lo más profundo de mi corazón, de haberte juzgado o ofendido, por mis pensamientos, mis palabras o actos negativos.” Repite todo esto una vez más. “Perdóname como yo te perdono” (hazlo tres veces).
“Te agradezco de estar o de haber estado en mi camino. Te bendigo, porque me traes la liberación y el alivio. Desde este instante, te libero de mi ser. Y tu también, libérame de tu ser. Que Dios te bendiga” (haz tres profundos suspiros).
Agradece Dios de haberte liberado de un peso tan grande, y a partir de hoy, acepta la voluntad de Dios. Mira tu enemigo con otros ojos. Ahora puedes abrir tus ojos.
   
   
Inscrivez-vous à la
Newsletter mensuelle
 
 
 
 
 
www.lumieresdelaudela.com © 2010